![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_xInptGBq5pYg87QM3gcE46HkNnMykeGDlZUry65l38rdgGPs97kEA12YRZ3NrGfwgpEOkO66dS0n9hKbD0s14oJjNVdTWWb3oC2FWPaC_jKoqY_QkhLfu7HXpc9lksFUaAqj-Sht-80/s1600/Imagenes+Mapa+de+Afganist%C3%A1n+(2).gif)
Entre mis ocupaciones diarias destaca singularmente
la lectura.
Algún agente comercial, de entre los que
periódicamente me ofrecen novedades editoriales, ha elogiado la prolija
biblioteca doméstica, completada paulatinamente y que aún se va incrementando.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZ4DNPet1jMK-Z9ThA1tZsaT5YLI0P8zXapdOYObr9-v5KilLn2-61J0vn46dprf7EPwfgfuXdMu46MNoBswHdsvG7Ut-9MofEw9S-rnZBir9yPvS2y9K6GGzT-5ZEMZEt80-bkb05x2g/s320/Cometas+en+el+cielo.jpg)
Concluida la lectura, seleccioné la novela Ana Tortajada, “El grito silenciado”, cuyo
argumento se desarrolla en el mismo periodo cronológico y escenario geográfico
que la anteriormente citada: Afganistán, últimas dos décadas del siglo XX.
Los kilómetros marcan la distancia y alejan
geográficamente pueblos y naciones. Pero no tienen la posibilidad de transmutar
y camuflar las pasiones humanas. Y así lo que se vive y experimenta en un
remoto lugar de la Tierra, tenemos la posibilidad de encontrarlo, con los
matices pertinentes, tal vez, muy cerca de nosotros.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1u0S-L0AnSnJsNOdw-l06R8LpHKEXGwB7fON8tq5Gpcd10MgzGIqQepj7w3fgz72uGZ_13xCH0-5n_VaOvxXwJUgFqrVd9PSJXNvOdh-gsV-N9OStsCXrgknIvw6Kuky3w3MPj2nn8hE/s320/El+grito+silenciado.jpg)
La amistad traicionada y la opresión y discriminación
sexista no tienen fronteras.
Es cierto que el sistema de castas y la imposición de
la interpretación coránica del régimen talibán conllevan la
institucionalización de la injusticia, la vejación y la tiranía. Pero,
lamentablemente, no es ocasional, sino estructural, encontrar en nuestra culta,
refinada y democrática Europa, una organización económico-social que dilata las
diferencias en el nivel del bienestar social entre los pueblos y ciudadanos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMkFeC5zLg_6l0fveGKTOfw8_-pCdh4ljbKwcsDyB5WdQDVH-oOD_RwN1Xo73WU0m_T-sIFePO_sxyRcTINsT-ovn1G_o4GtrVmY-MgaXvUMNSAPN7-W1QBMvEOj0IXMuitKsnKihvh0w/s320/Ue_25.jpg)
Sin olvidar que toda rehabilitación de la sociedad ha
de comenzar en el propio individuo, los poderes públicos han de considerar
escrupulosamente en su labor legislativa y ejecutiva el objetivo para el que
han sido nominados: el equitativo bienestar de todos los ciudadanos.
¿Podremos algún día con la sana ambición y el
esfuerzo colectivo aproximar la utopía bíblica en la que “habitará el lobo con
el cordero, el leopardo se tumbará con el cabrito, el ternero y el león pacerán
juntos: un muchacho será su pastor” (Is 11,6)?
Salvador
Egea Solórzano