Cada año, por
estas fechas, mes de junio, el colegio despide una promoción de alumnos que
continuaran sus estudios de la ESO
en algún instituto cercano.
El curso
transcurrido deja un vestigio en los profesionales, que consideramos un
emblema y que portamos con orgullo.
Poco a poco nos hacemos
conscientes, a medida que los vamos acumulando, que los años se apilan a nuestras
espaldas, que nos hacemos mayores, que llega el momento de nuestra despedida,
de la bien merecida jubilación.
Los que tuvimos la
suerte de convivir y compartir años de docencia con ella recordamos su
entusiasmo y vitalidad, su cariño al alumnado como tutora eficiente y generosa,
su preocupación, más allá de lo estrictamente funcionarial, por la situación
personal del alumno y su familia.
Hoy lamentamos su
fallecimiento ocurrido ayer, 19 de junio, en Alicante, tranquila y en paz,
después de una penosa enfermedad.
En la galería de
maestros/as dignos de figurar en la memoria colectiva del “Arquitecto Leoz”
figura, sin duda, nuestra recordada Rosa. Descanse en paz.
Salvador Egea Solórzano
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